Después de recorrer 1800 km, casi 24 hs en colectivo, arribé al Bolsón, ciudad ubicada en Río Negro, casi en el límite con Chubut. Lo primero que hice, después de estirar mi cuerpo, fue averiguar dónde había tango. Así fui a dar con Pasiones Argentinas, un lugar en donde se dictan clases y se hace milonga Viernes y Domingos...
Al subir las escaleras, se escuchaba un Di Sarli sonando, y se sentía el cuchicheo tanguero de las mesas...
Por supuesto que al principio, tuve que pagar el largo rato de espera por ser foránea solitaria, pero luego cuando el primer caballero se acercó a recabar información, no tardó el resto, en hacerme un lugar en la mesa, y hacerme sentir tan cómoda como en cualquier milonga de la Docta.
Al pasar la noche llegué a una conclusión poco original: Es igual en todos lados, el código es el mismo, las miradas son las mismas... lo que se dice es lo mismo... y el zanateo, ni hablar, el mismo también... Y que suerte que sea así, después de todo, estando tan lejos, lo único que quería era evocar las noches milongueras de Córdoba... Y fue eso, una milonga más, pero en El Bolsón. Tomá!
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